Si tenemos que hablar de ser resueltos... ¿quién sino Luisa para decir las cosas? Entra sin pedir permiso a la casa de Pedro... muchos van a preguntarse ¿a qué viene?... posiblemente sea sólo a recordarnos que está allí... muy cerca... esperando que le lean un cuento... que escriban para ella...
Elena... ¿Hay que poner los puntos sobre la mesa? Si hay que hablar de ser prácticos, nadie mejor que ella, si hay que
poner en orden las cosas, nadie más indicado... si hay que permanecer indiferente y tranquila... del otro lado de un escritorio que divide el escepticismo de la esperanza y la creencia... ella puede esperar todo el tiempo del mundo...
Ricardo... Sonrisa con burla... ¿A quién creerle? ¿A un director embarcado en el sueño de hacer una película basada en un hecho real... pero absolutamente inverosímil...? ¿A un escritor absurdo? ¿A una compañera de trabajo que hace lo imposible por convencerlo?